¡Este crío es un Rouge! exclamó Azul al ver al bebé. Tenía en la frente
la inconfundible marca familiar del clan financiero Rouge: la forma de un
puente, encima del ojo izquierdo. Había leído en el periódico que el día de
antes había sido secuestrado el pequeño Víctor, futuro heredero de la Familia. ¿Cómo
había ido a parar ahí? ¿Por qué había
sido llevado a su piso?
La criatura se
puso a gritar de nuevo, con enfado.
Oh, no, no, no te pongas a llorar ahora. ¿Qué es
lo que te pasa, tienes hambre? ¿No has desayunado?
Azul no se atrevía
a tocar al bebe. No era solo que nunca antes había cuidado de un pequeño como Víctor
(le parecían engañosos y complicados). Realmente, el problema era que
probablemente había sido secuestrado. Por
una parte, el crío vale una fortuna, razonó Azul. Cualquier cosa que le pase…la habremos liado. Por otra parte, alguien
ha entrado en mi piso sin activar las alarmas y habiéndome dejado este “paquetito”.
Y por otra parte… ¡Dios, este crio apesta!
Y es que Azul,
como soltero que era, no tenía ni pañales ni biberones ni nada por el estilo es
su piso. Lo primero será conseguir algo
para el bebé. No lo quiero apestando mi piso. No podré ir al trabajo, eso es lo
malo. Después, llamaré a sus padres.
Llevó a Víctor al
cuarto de baño, y se puso a limpiar al niño como buenamente pudo. Como no tenía
nada mejor que ponerle, improvisó un pañal con papel higiénico. Abrió la
ventana del cuarto de baño para airearlo, y vio un relámpago lejano. Llevando
al niño en brazos, se fue a la cocina para prepararle algo de comer al pequeño,
y entonces oyó el trueno. Sorprendentemente fuerte, dada la distancia.
Entonces Azul se
detuvo un instante a pensar. Podría llamar
a los Rouge, y decirles que su hijo lo tengo yo. ¿Pero entonces que pasaría? ¿Creerían
que soy el secuestrador?
Y entonces se le ocurrió
una idea que lo aterrorizó. Si me hago
pasar por secuestrador… ¿les pediría un rescate?
No tuvo que esperar. Alguien llamaba a su teléfono.
Ya está la nueva entrega, cortesía de David Melon. Y de Davides va la cosa, ya que David Benedicto escribirá la continuación a nuestra historia (antes del viernes que viene).
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